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La relación entre el estrés y la caída del cabello: lo que debes saber

El estrés es una parte inevitable de nuestras vidas. A menudo esos factores de estrés son pequeños, como quedarse atrapado en un atasco de camino a una cita. Sin embargo, a veces te encuentras con algo tan frustrante y que te provoca tanta ansiedad que te dan ganas de arrancarte los pelos.

El estrés crónico o prolongado puede afectar negativamente a la mente y al cuerpo de diversas maneras. El Instituto Nacional de la Salud informa de que el estrés prolongado puede provocar graves problemas de salud, como enfermedades cardíacas, hipertensión arterial y diabetes, además de trastornos mentales. Además de estos graves problemas de salud, el estrés contribuye a algo que muchos de nosotros no tenemos en cuenta: la caída del cabello.

La relación entre el estrés y la caída del cabello

Los estudios demuestran que el estrés puede tener un impacto visible en una cabeza normalmente llena de pelo. Los niveles elevados de ansiedad se relacionan con el adelgazamiento del cabello, la ralentización de su crecimiento, la aparición de calvas y, sí, con arrancarse el pelo.

En algunos casos, el estrés detiene la producción de nuevas hebras de cabello, dejando los folículos pilosos en un estado denominado "fase de reposo". En circunstancias normales, el 90% de los folículos pilosos de una persona crecen, el 5% descansan y el 5% se desprenden. Cuando una persona sufre un estrés grave, el porcentaje de folículos pilosos que se desprenden puede llegar al 50%. Esto se debe a que los folículos pilosos en fase de desprendimiento son más propensos a caerse durante las actividades cotidianas como cepillarse, lavarse o tocarse el pelo.

La COVID-19 ha provocado un aumento de la caída del cabello relacionada con el estrés

Aunque podemos anticipar el impacto de ciertos acontecimientos de la vida en nuestros niveles de estrés, no podemos predecir las consecuencias emocionales y mentales de cada acontecimiento. Un ejemplo de ello es la pandemia de COVID-19. La vida antes de la pandemia tenía mucho que preocupar a nuestras mentes, pero los niveles de estrés de muchas personas se han disparado, desde tener que preocuparse constantemente por el bienestar de sus seres queridos y de ellos mismos, hasta el estrés laboral y los sentimientos de aislamiento social.

Las estadísticas de muchos sectores hablan de lo mucho que nos ha afectado este estrés prolongado. Los dermatólogos han informado de un aumento significativo de las visitas de pacientes por pérdida de cabello relacionada con el estrés desde el comienzo de la pandemia de COVID-19.

Cómo determinar si la caída del cabello está relacionada con el estrés

Al igual que muchos tipos de pérdida de cabello, la pérdida de cabello relacionada con el estrés puede producirse de forma discreta, ya que el cuero cabelludo no experimenta cambios en la sensación o el aspecto. El único cambio que puedes notar es que se te caiga más pelo al cepillarte o lavarte el cabello.

Algunos acontecimientos de la vida suelen estar asociados a la caída del cabello. Los cambios hormonales, el embarazo, las enfermedades y lesiones graves, las dificultades económicas, la mala alimentación, el cambio de medicación y la pérdida de sueño son algunos de los factores de estrés que pueden afectar a la cantidad y el volumen (o el grosor) del cabello.

Aunque el estrés no sea la única causa de la caída del cabello, puede ser un factor importante. Por ello, abordar el estrés puede frenar significativamente la caída del cabello y fortalecer los folículos pilosos.

¿Qué puedo hacer contra la caída del cabello relacionada con el estrés?

Aunque es comprensible que la pérdida de cabello relacionada con el estrés pueda despertar su ansiedad, puede consolarse con el hecho de que es una condición tratable y a menudo temporal. A menos que haya otros factores que provoquen la caída del cabello, los cabellos que se desprenden acaban siendo sustituidos por otros nuevos. Si has notado que tu cabello se ha debilitado durante un periodo especialmente estresante, es probable que veas que tu cabello vuelve a su grosor y densidad normales.

La solución más sencilla para la caída del cabello relacionada con el estrés es también la más intuitiva (y difícil): aprender a gestionar el estrés de forma productiva. Hábitos como el ejercicio diario, una dieta equilibrada y el establecimiento de límites claros entre el trabajo y la vida privada son pasos útiles para empezar. Si estos cambios en tu rutina no disminuyen tu estrés, puedes considerar hablar con tu médico o con un profesional de la salud mental sobre otras soluciones.

Si la caída del cabello persiste después de realizar estos cambios en el estilo de vida (o simplemente le preocupa), considere la posibilidad de hablar con un profesional médico, como un médico o dermatólogo de Bosley. Nuestro equipo de profesionales capacitados puede crear un plan de tratamiento personalizado para su forma de pérdida de cabello.

Cómo mitigar otras causas de la caída del cabello

Aunque los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a solucionar la caída del cabello relacionada con el estrés, los cambios en el grosor y la densidad del cabello suelen ser el resultado de otras causas, como una predisposición genética a la caída del cabello. Si la pérdida de cabello está causada por estos factores, las técnicas de control del estrés no pueden por sí solas evitar una mayor pérdida de cabello o hacer que vuelva a crecer.

Bosley ofrece una serie de soluciones capilares diferentes que pueden ser adaptadas por uno de nuestros especialistas para satisfacer sus necesidades específicas. El minoxidil tópico, un tratamiento tópico de venta libre, ha demostrado frenar e incluso revertir la caída del cabello de forma segura. Los hombres que combinan el minoxidil tópico con el finasteride, un medicamento oral aprobado por la FDA, suelen ver cómo se reduce la caída del cabello relacionada con la pérdida de cabello de patrón masculino.

El estrés crónico y grave puede afectar a casi todo en nuestras vidas, incluida la densidad del cabello. Aunque una parte del estrés es inevitable, hay medidas que se pueden tomar para abordar el problema de forma proactiva. Considere la posibilidad de hablar con un profesional de la salud mental si su estrés es grave. De lo contrario, hacer cambios en el estilo de vida, como dar un paseo diario o introducir alimentos integrales en la dieta, puede ayudar a disminuir el estrés. Tu mente y tu cuerpo (y tu pelo) te lo agradecerán.

Y, si está interesado en poner en marcha el crecimiento de su cabello, vaya a Bosley para programar una consulta gratuita en persona o por vídeo con uno de nuestros especialistas en restauración capilar.


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